16 de diciembre de 2009

14 mil millones de años



La edad del Universo es de aproximadamente 14 mil millones de años. O al menos es la que creemos que ha transcurrido desde el último “Big Bang”, si admitimos la teoría de un Universo de existencia “permanente”, con continuos “Big Bang” y “Bing Crunch”. Cómo digo, unos 14.000.000.000 años…

Tantos ceros se me escapan… Y es que yo tengo la consciencia de lo que tarda una cintura morena en cruzar la calle, del tiempo de un café en buena compañía, lo que dura una mirada profunda que se adentra en tu interior, de las décimas de segundo que transcurren en una sonrisa redonda, de los minutos que se lleva una canción que te acelera el corazón, de las horas que pasas en un Ironman… del tiempo que tardas en volver a volver. Esos momentos son los que miden el tiempo, y no al revés.

Y es así. Debiera ser así: Te voy a dar un beso de 3 sonrisas redondas, voy a correr durante 15 canciones, voy a tomar un café de 5 miradas profundas, voy a escaparme durante 7 Ironmanes, me enamoró durante 1 cruce de calle de cintura morena, y así tantas cosas… Pero no tienes momentos que midan 14x10 elevado a 9. No puedes imaginar ese tiempo…

Pero la materia y energía oscura está ahí, te atrae, no la ves pero sientes su tremenda fuerza gravitacional, la del 90% de la masa del Universo, y entonces piensas en el origen de todo, en ese momento, y en este momento, en lo poco o mucho que duran esos momentos, infinitamente cortos o infinitamente largos…
Y es que el espacio y el tiempo se expanden con el Universo, y por eso es tan difícil atrapar el tiempo, y quisieras al menos poder congelar algunos momentos, algunos momentos de sonrisas redondas…

Big Bang

4 de diciembre de 2009

El Restaurante

Dedicado a la pareja Chulo-Barbie. Y también a Espe...
A Chulo y a Espe porque a mí también me gustaría tener (a veces) mi restaurante. A La Barbie porque siempre tiene alguna idea de restaurante en la cabeza.... (y también montó el suyo). Aunque yo no montaría con ella ni una tienda de chuches... ;-)



Para el que quiera ver la historia entera: Parte2, Parte3 y Parte4

2 de diciembre de 2009

Pon Pasión

Rebuscando en el blog de La Passione (por un tema que no se puede desvelar aún) he leído una entrada en la que comentaba sobre un curso que acababa de recibir,"Creatividad e Innovación", impartido por Matti Hemmi

De este curso Dani nos cuenta que se llevó un par de buenos consejos: Pon pasión en lo que haces y esa pasión te llevará al éxito. Invierte. Invierte en ti y en lo que te gusta. Pon foco, descubre tu sueño y ve por él.

Coincido, el consejo es sencillo, casi trivial, tanto como el manido y olvidado “Carpe Diem”.
Y es que a veces, la mayoría de las veces, no sabemos, o no queremos, descubrir nuestro sueño, a veces, la mayoría de las veces, tenemos la poca creatividad y originalidad de perseguir lo que persigue la mayoría, seguimos al rebaño y nos esforzamos por alcanzar el BMW, al chalet de tres plantas, al despacho de la esquina… Olvidando que quizás la carrera más difícil y más bonita es la de perseguir y alcanzar su corazón, el de ella, el de él, el tuyo propio, por pasión, por corazón; pon pasión, pon corazón…

Y ahí queda otra declaración de principios (que ya puse en su momento) del rebelde que quisiera haber sido y nunca pude ser. Quizás algún día me eche al monte...: Marea "Como el viento de Poniente" (en directo con  Reincidentes y en "lata"). La letra todo un lujo, al menos para mí (y sobre todo para esos días que también nosotros tenemos, un poco diferentes a los de ellas, pero también "nuestros días")





De niño no me gustaban los libros ni las sotanas
ni salir en procesión,
era tan desobediente como el viento de poniente,
revoltoso y juguetón,

en vez de mirar pal cielo
me puse a medir el suelo que me tocaba de andar,
y nunca seguí el rebaño,
porque ni el pastor ni el amo eran gente de fiar,

como aquel que calla otorga,
y aunque la ignorancia es sorda,
pude levantar la voz,
más fuerte que los ladríos de los perros consentíos
y que la voz del pastor.

empecé haciendo carreras
por atajos y veredas muy estrechas para mí,
y decían mis vecinos
que llevaba mal camino apartado del redil,

siempre fui esa oveja negra
que supo esquivar las piedras que le tiraban a dar,
y entre más pasan los años
más me aparto del rebaño porque no sé a donde va