No nos llevamos bien. Es así, no nos entendemos, y mira que
yo lo intento. Ya son 5 años de relación, aunque en realidad sólo hemos salido
en 5 ocasiones, una vez por cada año, pero por mi parte
confieso que he pensado todo el año en él, hasta el mismo día que nos hemos encontrado en nuestras citas. Pero el
caso es que no funciona, cuando ese día salimos, la cita acaba mal, por una u otra razón, pero acaba mal. A veces pienso que tengo yo la culpa
de que lo nuestro no funcione, pero es que él tampoco hace mucho por ayudar a
que esto tire para adelante.
Y la verdad es que en la primera de las citas, allá por el
2007, todo parecía prometedor, y aunque los
nervios y lo miedos de la “primera vez” me mantuvieron con
todas las precauciones posibles, la cita fue bien, ilusionante como digo, cierto es que cuando después de pasar el día juntos, ya de regreso solo para casa, tenía esa sensación
de que no me había dejado llevar, de que tenía que haberme lanzado sin freno a por él, pero
por miedo a estropear esa nuestra primera cita me contuve, y nos conformamos
con un casto final sin pasar a mayores, me quedé con las ganas. Pero muy
ilusionado, pensé que esa relación era lo que había estado buscando hasta ahora.
A ver, no nos engañemos, tampoco soy un santo, durante estos
años he salido con otros, bastantes, más fáciles, menos problemáticos, y ha ido
bien, he disfrutado, y mucho, y seguiré en estas andadas, pero tengo un espina
clavada, de ese que se me resiste, él.
La verdad es que ya no sé como tratarle, leo artículos sobre
el tema, revistas especializadas, los consejos de unos y de otros, que si la
preparación, que si las semanas y los días previos, que si hazlo con cabeza…
pero no hay manera, a mí no se me da bien, no nos entendemos, cuando todo
parece que está preparado para el "SÍ", algo se tuerce irremediablemente… y es
"NO".
Cada vez que regreso de una de estas infructuosas citas pienso
que es la última, que no merece la pena la dedicación y los pensamientos
durante tantos meses para llegar a ese día, que al final es de sufrimiento sin
recompensa. A veces creo que no estoy bien, que nuestra relación me está
afectando, por ejemplo cuando las semanas previas a nuestra cita me
sorprendo pensando en la ropa que puedo ponerme ese día, me digo “tú no estás
bien, no...".
Puto Ironman, me volviste a dejar jodido en Barcelona, pero ya
te pillaré: Voy a pasar de tanta dedicación y mimos, y te voy a coger un día en
formato “aquí te pillo aquí te mato” y “si te he visto no me acuerdo”, y si sale bien, bien, y si no, también, y a
tomar por culo, que lo sepas.